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Atrasos y cancelaciones: los retos de la industria de la moda ante una paralización prolongada

Por Jaime Martinez

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Empresas

Madrid – A nadie ya se le escapa la situación de excepcionalidad de la que vive rodeada la industria de la moda. Un sector que se ve especialmente influido por la temporalidad, y cuyos principales esfuerzos se realizan en torno al desarrollo de las dos grandes campañas anuales sobre las que trabajan creativos y empresas: la temporada Primavera/Verano y la temporada Otoño/Invierno. Un hecho indiscutible que no ha variado para la industria a pesar del tan proclamado cambio climático, ni tampoco a pesar de las cada vez más numerosas colecciones cápsulas y crucero. Herramientas con las que son muchas las firmas que buscan ofrecer desde piezas especialmente pensadas para esos periodos de entretiempo, hasta simplemente originales y llamativas colaboraciones con las que captar la atención de su público, desarrolladas junto a toda clase de marcas, diseñadores y artistas.

Es precisamente esa temporalidad, la que de igual modo otorga, temporada tras temporada, ese “renacer” cuasi religioso del que tan bien sabe hacer uso la moda, la que en estos momentos atenaza al sector. Desde donde se ha pasado del temor ante la posible falta de suministros por el que se temía a comienzos de año, al miedo de que se termine por arruinar toda la campaña de verano de no remitir a tiempo el brote de coronavirus. Algo que si bien ya no hay duda de que igualmente terminará afectando al desarrollo de las próximas colecciones para la temporada Otoño/Invierno 2020/2021, podría incluso llegar a provocar todo un año de pérdidas en el supuesto de que la pandemia durase demasiado. Lo que provocaría como consecuencia un retraso en el diseño y el desarrollo de unas piezas para el próximo invierno, que deberán readaptarse a las nuevas necesidades de las sociedades “postcoronavirus”. Comunidades de la que la industria de la moda todavía desconoce en qué medida variarán, en cuanto a gustos y prioridades, respecto de las vinculadas a ese “sueño dorado” en el que parecíamos inmersos, y del que el coronavirus nos ha despertado para enseñarnos la dureza del mundo, en toda su crueldad.

Ferias atrasadas y ajustes en los pedidos

Sobre estos mismos aspectos se pronunciaba precisamente a lo largo de una entrevista a un medio alemán Antonio Porta, director ejecutivo y Brand Builder de la compañía española de calzados Unisa. Quien no dudaba en responder a cuestiones como si debería la industria de la moda desarrollar nuevas soluciones tras esta crisis, o si deberían establecerse nuevas fechas para la organización de las próximas ediciones de las ferias internacionales del sector.

Según lo declarado, para Porta no hay duda de que una vez que pase esta crisis la industria deberá desarrollar nuevas soluciones. Entre ellas, y de manera inmediata, aprender a conectar nuevamente con sus clientes para saber cuáles van a ser sus necesidades reales de cara a la nueva campaña de invierno 2020/2021. Requisito indispensable para el directivo antes de proceder a establecer nuevos pedidos y acordar nuevas fechas de entrega. Las que estima que vayan a ser básicamente las mismas, pero con una reducción de los pedidos que podría oscilar entre un 20 y un 25 por ciento para la mayoría de empresas.

Si la actividad económica no se retoma en el mes de mayo, las consecuencias y el desastre económico que esto va a traer son incalculables.

Antonio Porta, CEO de Unisa.

“Aunque estas fechas son muy difíciles de mover, como se ha cortado la cadena de servicios a las fábricas, imagino que muchas de las tiendas y department stores accederán a atrasar estas fechas como mínimo una quincena”, indica Porta. Quien igualmente señala que, de cara a esta inminente campaña de Primavera/Verano, lo ideal sería poder disponer y planificar de un periodo de ventas más largo. Algo que tiene claro que no será posible. “Cada empresa va a hacer lo que considere oportuno o lo mejor para ella. Es muy difícil coordinar a toda Europa, y mucho menos a todo el mundo”. “De cualquier manera”, subraya el CEO de Unisa, “si la actividad económica no se retoma en el mes de mayo, las consecuencias y el desastre económico que esto va a traer son incalculables”.

En relación al estado de las ferias, el directivo no estima que sea necesario en estos momento retrasar aquellas que afectan esencialmente al sector del calzado. Programadas para finales del próximo mes de agosto y a lo largo del mes de septiembre. Considerando que el anuncio de su retraso no se traduciría en ningún beneficio para el sector de la moda.

Un punto y aparte merecerían otras indicaciones vinculadas a aspectos como los de la empleabilidad o la operatividad de la propia industria. Que bien podríamos situar como parte de esas “consecuencias” indicadas por Porta que comenzaría a reflejar el sector en el caso de que la actividad económica no retornase en el mes de mayo. Indicaciones que por otra parte ya está experimentando la otra principal pata del sector, la del retail. Cuyos ajustes “temporales” en cuanto a plantillas y sueldos, a través de mecanismos como los ERTE, vendrán a todas luces intensificándose a medida que continúe la propagación del brote.

Photo Credits: Desfile de Jil Sander en Pitti Immagine Uomo 97. / Declaraciones cortesía de Unisa.

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