Kering encuentra en Valentino un “revulsivo” para sus cuentas: caída de las ventas en Gucci y en América

Madrid – Tras la sorpresa generada por el anuncio del acuerdo con Mayhoola para la adquisición del 30 por ciento, y de hasta el 100 por cien —opción a ejercer para antes de 2028—, del capital de la casa de moda Valentino, no dejaba de poder pasarse por alto la fecha escogida para tan cuidada revelación. Una jornada que no se hizo sino coincidir con la de la publicación de los resultados del primer semestre del actual ejercicio fiscal de la misma Kering. Periodo de seis meses finalizado a fecha del pasado 30 de junio, que la multinacional francesa del lujo si bien llegó a completar elevando muy ligeramente sus niveles de facturación, lo hizo igualmente registrando una considerable pérdida de beneficios, y al tiempo que terminaba igualmente perdiendo terreno en el estratégico mercado norteamericano. Dos importantes faltas sobre su operatividad que alcanzaban a revelar sus estados financieros, y que no obstante terminaron por verse silenciadas en los mercados bajo el “revulsivo” del acuerdo alcanzado con Mayhoola, y que terminaba por disparar en un +2,95 por ciento la cotización de los títulos de la dueña de Gucci, Balenciaga e Yves Saint Laurent.

De igual modo, y después de entrar a detallar los términos del acuerdo estratégico alcanzado con el fondo de inversión catarí, ponemos ahora toda nuestra atención en desgranar cuál está siendo exactamente el comportamiento que viene experimentando la multinacional del lujo francesa en esta entrada de ejercicio, marcado por el nuevo rumbo que se le ha decidido imprimir a Gucci, la principal casa de modas en cartera de Kering. Compañía desde la que han dado cuenta de un primer semestre de ejercicio que alcanzaron a completar registrando ventas por valor de 10.135 millones de euros. Cantidad que supone un ligero aumento de un +2 por ciento frente a los 9.930 millones de euros facturados durante el mismo periodo de hace un año; así como de un +32,7 por ciento en relación con los 7.638,4 millones de euros que la compañía conseguía facturar durante la primera mitad de 2019, último ejercicio que llegó a completarse al margen de los efectos de la pandemia por coronavirus.

Mientras tanto, y en términos ya de rentabilidad, desde Kering informan de un primer semestre durante el que la multinacional del lujo consiguió levantar hasta un total de 1.785 millones de euros de beneficio neto. Una cifra que no obstante se ha terminado situando un -10,2 por ciento por detrás de los 1.988 millones de euros de beneficio del mismo periodo de hace un año; pero aún así manteniéndose un +14,7 por ciento por encima del beneficio neto de 1.556,1 millones de euros registrado durante el mismo periodo de 2019.

“Durante la primera mitad del ejercicio, continuamos con nuestras inversiones orientadas a la deseabilidad y a la exclusividad de nuestras casas”, y “mientras participábamos de una serie de iniciativas críticas con la mirada puesta en el futuro, mantuvimos un alto nivel de rentabilidad”, se habría a analizar, sin muestras de triunfalismo, François-Henri Pinault, presidente y director ejecutivo de Kering, a lo largo de unas declaraciones difundidas desde la misma dirección de la multinacional francesa. Entre esas iniciativas, “dimos algunos pasos decisivos para ampliar nuestra presencia en el universo del lujo, en particular con la adquisición de la famosa casa de fragancias Creed, con vistas a acelerar el despegue de la división Kering Beauté”.

Caída de las ventas en Gucci y en América del Norte

Entrando ya a analizar el comportamiento experimentado por la compañía a lo largo de este primer semestre de ejercicio, por áreas de negocio, Gucci reportó ventas por valor de 5.128 millones de euros (-1 por ciento), manteniéndose con ello, y a larga distancia, como la primera casa del Grupo francés. Una posición en la que la siguen Yves Saint Laurent, que consiguió elevar sus ingresos hasta los 1.576 millones de euros (+6 por ciento), y Bottega Veneta, que se mantuvo en una evolución prácticamente plana sosteniendo ventas por valor de 833 millones de euros, frente a los 834 millones registrados durante el mismo periodo de hace un año. Encargándose de completar las cuentas de la compañía una suma del resto de sus casas de moda y de joyería, con nombres como los de Balenciaga, Alexander McQueen o el de la casa de joyas y relojes Boucheron, y que en total generaron ingresos por valor de 1.856 millones de euros (-5 por ciento). Destacándose de otro lado el excepcional rendimiento registrado por la división Kering Eyewear, cuya facturación se ha terminado disparando hasta los 869 millones de euros (+47 por ciento), gracias, destacan desde Kering, al extraordinario desempeño de la marca Maui Jim.

Mientras tanto, por mercados, la región de Asia-Pacífico continuó destacándose como el principal origen de los ingresos del Grupo, registrando ventas por valor de 3.710 millones de euros (+11 por ciento). Una posición tras la que se sitúan la región de Europa Occidental, con unos ingresos que se han mantenido en los 2.739 millones de euros (+5 por ciento), y la región de América del Norte, un mercado especialmente estratégico para lo que están viniendo siendo las estrategias implementadas por las principales casas de la compañía, pero en el que no obstante sus ventas se han terminado por contraer hasta los 2.266 millones de euros (-16 por ciento). Completándose ya los registros con el mercado de Japón, donde las ventas de las casas de Kering se han disparado hasta los 683 millones de euros (+18 por ciento), y finalmente por una suma indistinta de mercados que han terminado aportando a las cuentas de la multinacional ingresos por valor de 737 millones de euros (+5 por ciento).

Rentabilidad y “estatus”

De cara ya a lo que resta de ejercicio, desde Kering no se han brindado a ofrecer una guía de previsiones para el cierre del año, tónica habitual entre las grandes multinacionales del lujo, limitándose a este respecto a indicar que, en mitad de un panorama marcado por la incertidumbre económica y geopolítica, la compañía francesa seguirá enfocada en su visión a largo plazo, dirigida a la consecución de dos principales objetivos: mantenerse en una trayectoria de crecimiento rentable que permita generar unos altos niveles de flujo de efectivo y de retorno del capital empleado, y a seguir consolidando su estatus como uno de los principales y más influyentes grupos de la industria del lujo.

Para lograr estas ambiciones, puntualizan, la multinacional seguirá invirtiendo en el desarrollo y en la evolución de sus casas, con el fin de que continúen fortaleciendo su “deseabilidad” y la exclusividad de sus canales de distribución; logren seguir manteniéndose sobre un equilibrio perfecto entre innovación y atemporalidad; y de que continúen ofreciendo los más altos estándares en términos de calidad, sostenibilidad y de experiencia para sus clientes.

“Junto con los importantes cambios organizativos que anunciamos la semana pasada para mejorar la dirección de nuestras casas”, de entre los que no dejó de causar sorpresa el anuncio de la salida de Marco Bizzarri, un histórico de las filas de Kering y hasta entonces director ejecutivo de Gucci, y de “los muchos proyectos que ya lanzamos en los últimos meses” con vistas a revitalizar su oferta de lujo, y a los que ahora se ha terminado por sumar su acuerdo estratégico con Mayhoola, todos “los acontecimientos sucedidos en el primer semestre fortalecen mi confianza en las perspectivas a futuro de Kering”, apostilla Pinault.