Loro Piana (LVMH): tras el escándalo de subcontratación, ¿cuáles son las consecuencias para el sector y los inversores?
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El grupo LVMH se ha visto una vez más envuelto en la polémica. Su filial italiana Loro Piana, casa reconocida por su cachemir y su lujo discreto, ha sido puesta bajo administración judicial por el tribunal de Milán. Una decisión excepcional que pone de manifiesto las derivas de un sistema de subcontratación que, con demasiada frecuencia, está fuera de control, y que ya se ha señalado en otros casos similares que afectan a la industria del lujo.
Explotación a la luz del día
Todo comenzó en mayo de 2025, cuando un trabajador chino, identificado por las iniciales H.X., fue agredido violentamente por su empleador tras reclamar salarios impagados. Golpeado en la cara con tuberías, el hombre tuvo que guardar cuarenta y cinco días de baja, según informa L’Essentiel de l’Éco.
Este caso desencadenó las investigaciones de las autoridades italianas, que sacaron a la luz una cadena de producción de una opacidad preocupante. Según El País, Loro Piana confiaba parte de sus pedidos a Evergreen Fashion Group, que luego los delegaba a Sor-Man. Esta última subcontrataba a talleres clandestinos de la región de Milán, donde los trabajadores, a menudo en situación irregular, trabajaban hasta noventa horas semanales por cuatro euros la hora. Algunos se alojaban en el mismo lugar, en dormitorios insalubres.
Márgenes colosales y una "desigualdad alarmante"
Los documentos judiciales, citados por L’Essentiel de l’Éco, revelan una diferencia abismal entre el precio de venta y los costes reales. Una chaqueta de Loro Piana, que se vende en las tiendas entre 1.900 y 3.000 euros, costaba solo 118 euros en producción. El subcontratista final, una pequeña empresa italiana, solo percibía entre ochenta y ochenta y seis euros por pieza.
Ante esta desproporción, los magistrados han denunciado una «desigualdad alarmante» entre los márgenes colosales de las casas de lujo y la remuneración irrisoria de los subcontratistas. Por eso, como subraya FashionNetwork, reprochan a la casa de lujo haber dejado prosperar por negligencia" un sistema de subcontratación opaco, facilitando indirectamente la explotación de trabajadores vulnerables. Para El País, este caso recuerda otros escándalos recientes del sector, donde las cadenas de suministro fragmentadas y mal controladas han abierto la puerta a los abusos. El medio marroquí Hespress añade que estas derivas suponen un grave riesgo para la imagen de las grandes casas, en un momento en que los consumidores exigen transparencia y trazabilidad.
Una tutela judicial sin precedentes
El 14 de julio de 2025, el tribunal de Milán puso a Loro Piana bajo administración judicial durante un año. Como informa RSE Magazine, no se trata de una sanción penal, sino de una medida correctora destinada a paliar las reiteradas deficiencias de la marca en el control de su cadena de valor.
Se ha nombrado a un administrador independiente para supervisar la reforma de los mecanismos internos. Los jueces subrayan que la casa, por su falta de controles suficientes, «facilitó» un sistema de explotación del que se benefició indirectamente, cita El País.
Un mal estructural en el lujo italiano
Loro Piana no es un caso aislado, ya que en los últimos años, Dior, Armani, Valentino o incluso Alviero Martini han sido objeto de procedimientos similares en Italia, recuerda Le Monde. El recurso masivo a la subcontratación en cascada, a veces encubierta, parece ser una práctica estructural del sector. En 2024, Giorgio Armani incluso fue multado con 3,5 millones de euros por la autoridad de la competencia italiana por «prácticas comerciales engañosas», según Reuters, y por la diferencia entre su discurso de RSE y la realidad observada en sus subcontratistas.
Repercusiones en las ventas y la cotización de las acciones
Desde que Loro Piana entró en administración judicial el 14 de julio de 2025, las repercusiones en las ventas y el rendimiento bursátil de LVMH son relativas. En su informe del segundo trimestre de 2025, LVMH anunció una caída del -9 por ciento en las ventas de su división de Moda y Marroquinería, hasta los nueve mil millones de euros, con una caída del -18 por ciento en el beneficio operativo corriente en el primer semestre. Esta tendencia se inscribe en un contexto de ralentización general del consumo de lujo y no refleja exclusivamente el incidente de Loro Piana.
El 14 de julio, el título de LVMH cayó un -1,6 por ciento, cerrando a 480 euros, tras el anuncio de la puesta bajo administración judicial de la filial. Esta caída interrumpió una tendencia alcista a corto plazo. Sin embargo, algunos analistas señalan que existe presión sobre el título debido a la preocupación por la gobernanza y el cumplimiento de los criterios ESG. Desde entonces, la acción ha mostrado signos de recuperación. En las semanas siguientes, el título experimentó una recuperación progresiva: el 16 de agosto cotizaba en torno a los 482 euros, lo que indica que los inversores están empezando a digerir el impacto del incidente y a centrarse en los sólidos fundamentos de LVMH.
Perspectivas y medidas correctivas
LVMH ha reaccionado reforzando sus auditorías internas y poniendo fin a sus relaciones con los proveedores implicados en las prácticas abusivas. El caso de Loro Piana se enmarca en un contexto más amplio de vulnerabilidades en las cadenas de suministro del lujo italiano, con otras marcas como Dior y Armani también bajo administración judicial por motivos similares. El tribunal de Milán ha ordenado una administración judicial de un año para Loro Piana, con el objetivo de reformar sus prácticas internas. Si la empresa aplica las medidas necesarias, esta decisión podría levantarse antes de que finalice el plazo, indican Reuters y The Financial Times.
Paralelamente, las autoridades italianas han anunciado la creación de un sistema de certificación para los proveedores del sector textil. Esta medida pretende restablecer la credibilidad de la etiqueta «Made in Italy» y, con el tiempo, podrá aplicarse al sector del lujo.
Más allá del caso Loro Piana, este asunto ilustra un problema estructural. Como señala Vogue Business, las recientes revelaciones no son excepciones aisladas, sino el síntoma de una profunda vulnerabilidad, de cadenas de suministro fragmentadas, difíciles de auditar y a menudo opacas. Las herramientas de control tradicionales, a pesar de los compromisos de RSE que muestran las grandes marcas, están mostrando hoy sus límites.
Este artículo fue originalmente publicado en otro idioma dentro de la red internacional de FashionUnited y después traducido al español usando una herramienta de inteligencia artificial.
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