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Louis Vuitton y Pharrell Williams, demandados por la venta de unos calcetines de 460 euros

Por Jaime Martinez

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Louis Vuitton, calcetines modelo “Pocket Socks”, para la temporada SS24. Credits: ©Launchmetrics/spotlight. / Louis Vuitton.

Madrid – La asociación entre Louis Vuitton y el polifacético Pharrell Williams vuelve a convertirse en el centro de todas las miradas, en esta ocasión como resultado de la reciente denuncia que ha interpuesto en su contra la compañía de calcetines Pocket Socks. Empresa con sede en la localidad californiana de Carlsbad, desde donde los acusan, entre otros delitos, de infringir sus derechos como marca registrada y de competencia desleal, con motivo de la comercialización por parte de Louis Vuitton de unos pares de calcetines de 460 euros.

Según alegan a este respecto desde Pocket Socks en su escrito de demanda, al que ha tenido acceso FashionUnited, presentado ante el Tribunal Federal de los Estados Unidos para el Distrito Sur de California el pasado 20 de junio de 2024, el origen de toda la polémica se encuentra en los pares de calcetines que, como parte de su colección masculina para la temporada Primavera/Verano SS24, Louis Vuitton presentó durante el esperado desfile de debut de Pharrell Williams como su nuevo director creativo, celebrado, no con poca espectacularidad y acompañado de toda clase de celebridades, el pasado mes de junio de 2023. Unos diseños, de pasarela, que desde la llegada a las tiendas de esa primera colección de debut diseñada por Williams para la célebre casa de modas francesa, desde Louis Vuitton han pasado a sumar como un “esencial” de su oferta masculina de complementos, por la friolera de 460 euros, o 565 dólares, el par de calcetines. Un a todas luces elevado precio accesible para muy pocos, que se justifica tras la descripción de un modelo original, confeccionado en 100 por cien algodón, y que desde Louis Vuitton presentan como un modelo especialmente singular, que presenta “el detalle ‘Pearl’ característico de la temporada”, un botón en forma de perla, “grabado con las iniciales LV”, y adornando unos “Pocket Socks, un par de calcetines confeccionados en puro y cómodo algodón”. Detalles que se terminan de completar con “el tradicional patrón Damier” de la casa, “sutilmente tejido en el diseño de estos esenciales de fondo de armario, que se ofrecen en una combinación de colores blanco neutro, para complementar prácticamente cualquier conjunto, ya sea informal o más elegante”.

Frente a esta supuesta “originalidad”, desde Pocket Socks, compañía fundada por Evan Papel, relanzada en 2012 ya bajo su actual nombre comercial, y registrado, acusan tanto a Louis Vuitton como a Pharrell Williams de servirse en su propio beneficio del nombre registrado de la compañía, Pocket Socks, que emplean como nombre del diseño de calcetines que comercializan tanto en sus tiendas como desde la tienda online oficial de Louis Vuitton. Hechos que el mismo fundador de la compañía se encargó de constatar, ya no solamente hojeando la tienda online de la casa de modas francesa, sino adquiriendo hasta un mínimo de dos pares de calcetines, tanto en físico como en online, primero en la boutique de Louis Vuitton de San Diego, y después en su tienda online, compra esta por la que recibió un recibo en el que se indica claramente el nombre del artículo adquirido como “Pocket Socks”, a pesar de ser este el nombre registrado por Evan Papel para la puesta en marcha de su firma de calcetines, especializada en diseños con bolsillos. Unos modelos que, defienden en su demanda, han logrado venir gozando de cada vez una mayor popularidad en los Estados Unidos, después de que, tras “una inversión significativa” en 2019 que les sirvió para acelerar en su modelo de negocio, la compañía lograse captar la atención del matinal “Good Morning America” de la ABC, tomando una todavía mayor relevancia a ojos de los consumidores, apuntan, tras contribuir con la donación de demás de 12 000 comidas a la campaña puesta en marcha por el programa The View, también de la cadena ABC, en beneficio de la organización “Its All About The Kids” en noviembre de 2020.

Partiendo de estas acusaciones, de las que, por el momento, parecen haberse decidido a dejar de lado la cuestión del diseño de la pieza en sí, en lo que se entiende que una vez admitida a trámite su demanda se termine de abordar con una ampliación de sus mismas bases, desde Pocket Socks, como marca registrada, acusan tanto a Louis Vuitton como a Pharrell Wiliams de, en primer lugar, utilizar sin su consentimiento, y con fines comerciales, el nombre de Pocket Socks, para la venta, distribución y publicidad de sus productos, generando una más que “probable”, advierten, confusión, error o engaño entre los consumidores. En segundo lugar, de infringir la imagen comercial de Pocket Socks mediante sus acciones de venta, distribución y publicidad. Y en tercer lugar, de participar de manera consciente de actos y de prácticas contrarias a la libre competencia, en perjuicio de Pocket Socks, y en lo que habría repercutido en un “enriquecimiento ilícito” por parte de Louis Vuitton y de Pharrell Williams. Acciones todas ellas por las que solicitan al tribunal que emita una resolución en su contra por infracción de derechos de una marca comercial; por vulneración de imagen de marca; por competencia desleal y actos contrarios a la libre competencia; acordando una justa compensación por daños y perjuicios, por costes, así como la aprobación de una resolución preliminar, y otra permanente, desde la que se les prohíba continuar con la utilización del nombre “Pocket Socks”.

“La competencia desleal de cada demandado ha resultado, y continúa resultando, en un enriquecimiento ilícito”, después de que cada uno de ellos, sostienen desde la parte demandante, haya cometido unos “actos de competencia desleal” de manera “deliberada y maliciosa con el fin de dañar el negocio de ‘Pocket Socks’ y mejorar el suyo”. Acciones que han llevado a cabo, prosiguen, mediante la venta de “un producto similar” al de Pocket Socks, “aunque a un precio de lujo”, pero y además con su mismo nombre; comercialización por la que, defienden, “Pocket Socks también ha sufrido, y continúa sufriendo, daños irreparables, incluido el daño que ha generado a su relación con sus clientes, como consecuencia de la competencia desleal ejercida por cada demandado”. Un daño “irreparable”, subrayan desde la firma de calcetines, que “no puede remediarse adecuadamente, salvo que se prohñiba inmediatamente a cada demandado continuar con la competencia desleal y se les ordene que rectifiquen”.

Con otra demanda en curso por plagio

Esta es la segunda ocasión en menos de un mes que trasciende la noticia de una demanda interpuesta contra Louis Vuitton que parece coger vuelo dentro del siempre controvertido sistema judicial estadounidense. Y es que, precediendo y continuando con esta denuncia en contra de la casa de lujo francesa, la diseñadora estadounidense Paula Hian viene tratando de luchar contra la casa de modas y contra su matriz, el holding multinacional francés LVMH, a las que acusa, desde septiembre de 2022, de plagio y de vulnerar sus derechos de autor, en relación con una serie de diferentes motivos y diseños. Unas acusaciones contra las que desde el equipo legal de la casa francesa habían venido duramente batallando en contra, en una lucha que venían ganando… hasta este mismo mes de agosto. Momento en el que desde el Tribunal Federal de los Estados Unidos para el Distrito Este de Pensilvania, confirmaban su resolución para admitir a trámite la demanda interpuesta por Hian contra Louis Vuitton y LVMH, por el presunto plagio del motivo en “damero fluido” del que Louis Vuitton ha hecho uso para el diseño de distintas prendas de indumentaria y de complementos.

Según a este respecto que habría encargado de destacar el juez John Murphy del mencionado Tribunal desde su escrito de admisión a trámite de la demanda, la similitudes entre ambos patrones son tan sustanciales como para que, “Palque D’egout”, el motivo en “damero fluido” identificado como tal por Hian, “un observador profano no note fácilmente las diferentes, y considere que su atractivo estético es generalmente el mismo”. Una apreciación que el mismo juez no apreció para los otros dos motivos de los que Hian acusa a Louis Vuitton de haberse apropiado, con el nombre de “Ombre” y “Green Raffia”, y que además sustenta sobre su valoración de que desde Louis Vuitton habrían contado con la “razonable oportunidad”, o “razonable posibilidad”, de haber accedido a los diseños de Hian, tal y como alega la diseñadora, tanto en cuanto ella misma se los hizo llegar a través de una serie de correos electrónicos remitidos, en febrero de 2020, al jefe de desarrollo y de adquisiciones de LVMH, Nicolas Bazire.

En respuesta a esos correos, sostiene la demandante según adelantan, en base a su demanda, desde el medio estadounidense de noticias TFL, Hian terminó por recibir como única respuesta una declaración desde la que se le invitaba a ponerse en contacto con el ejecutivo en otra fecha, puesto que en ese momento no se encontraba disponible. Cuestión para lo que no volvió a contar, ni la diseñadora ni nadie de su equipo, con una nueva contestación, que llegaría no obstante dos años después, cuando la misma Hian se decidió a interponer su demanda en contra de Luis Vuitton y de LVMH, tras descubrir que la casa de modas francesa había sacado a la venta una serie de artículos de moda y de complementos basados en sus patrones. Unos artículos que se decidieron por empezar a comercializar como parte de la oferta de la línea masculina de Louis Vuitton, afectada por el triste episodio que para las mismas fechas terminó por apartar a Virgil Abloh de su dirección creativa, a causa de una dura enfermedad que terminaría por costarle la vida, el 28 de noviembre de 2021. Una fecha que se encuentra a caballo entre el mensaje que alega haber enviado Hian a la dirección de LVMH en febrero de 2020, y la demanda interpuesta hacia finales de 2022.

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