Puig retira a escala “global” lotes cosméticos de Charlotte Tilbury por problemas de calidad

Madrid – La multinacional española Puig, especializada en los segmentos de la moda, la perfumería y el maquillaje a través de una tan amplia como diversificada cartera de marcas propias en la que no faltan nombres como los de Paco Rabanne, Carolina Herrera o Jean Paul Gaultier, ha informado de la retirada, global, de una serie de distintos lotes de maquillaje de su firma cosmética Charlotte Tilbury. Un extremo que se ha tomado tras identificar un problema de calidad en esa serie de distintos lotes en cuestión, todos ellos de un único producto, y retirada que reconocen que sí tendrá efectos sobre el desempeño del área de maquillaje de la compañía.

De manera ya algo más detalla, desde la dirección de Puig, y de conformidad con lo que se establece en el Artículo 17 del Reglamento de la Unión Europea sobre abuso de mercado, y con el Artículo 226 de la Ley de los los Mercados de Valores y de los Servicios de Inversión que rige en España, ambos relacionados con la información privilegiada que concierna directamente a la compañía como emisora de valores que se encuentran en negociación en un mercado regulado español, han informado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de que Charlotte Tilbury, la principal marca de maquillaje de la compañía, firma de la que Puig adquiría una participación mayoritaria a mediados de 2020, se estima que por una cifra cercana a unos 900 millones de euros que harían de ella la mayor adquisición —hasta la fecha— llevada a cabo por el grupo español, está realizando “una retirada voluntaria global” de lotes de su producto “Airbush Flawless Setting Spray”. Un espray fijador de maquillaje cuyo precio de venta oscila entre los 36 euros que marca en su página online oficial, y los 42 a los que se comercializa desde la tienda online de El Corte Inglés, y que se presenta como un “espray fijador ligero y resistente al agua, ideal para preparar y fijar tu maquillaje hasta 16 horas”.

Como motivo de la retirada, desde Puig señalan a un problema de calidad identificado sobre una serie “limitada” de lotes del producto en cuestión, durante los habituales controles de calidad que la compañía lleva a cabo para la hora de garantizar los estándares de todos sus artículos. Problema de calidad que, inciden, en ningún caso hacía que el espray de los lotes afectados llegase a resultar inseguro para el consumidor, y que no ha afectado a ningún otro producto de Charlotte Tilbury. Estimando no obstante que, como resultado de esta retirada global de productos termine viéndose afectado el rendimiento de la firma cosmética, influyendo así de manera negativa en el segmento de las operaciones de maquillaje de Puig, pero no así, defienden desde la compañía española, en su desempeño general para el conjunto de todo su año fiscal.

Según queda recogido así en el comunicado remitido a la CNMV, “Charlotte Tilbury, una de las marcas del portafolio de Puig, está llevando a cabo una retirada voluntaria global de lotes seleccionados de su ‘Airbrush Flawless Setting Spray’, después de que las pruebas rutinarias del producto identificaran un problema de calidad aislado en un número limitado de lotes que, en cualquier caso, no hace que el producto sea inseguro”, y sin que “ningún otro producto de Charlotte Tilbury” se haya visto “afectado”. Como consecuencia de esta problemática, advierten, “se espera que esta retirada voluntaria afecte al desempeño del segmento de maquillaje de Puig”, pero “no se espera que tenga un impacto material en el desempeño general del ejercicio fiscal completo” de la multinacional; compañía que, en consecuencia, “mantiene sus previsiones a medio plazo anunciadas durante su salida a Bolsa y confía en alcanzar sus objetivos para 2024, incluido un margen EBITDA estable en 2024 frente al de 2023”.

Con efectos negativos sobre el desempeño del segmento de productos de maquillaje de Puig

A pesar de que, tal y como se desprenden de las líneas de ese comunicado remitido a la CNMV, desde Puig relativizan el impacto que este problema de producción pueda llegar a reflejar en el rendimiento anual de la compañía, el reconocer que sí tendrá un efecto sobre el desempeño de las operaciones de su área de maquillaje hace estimar que el volumen y el número de esos lotes afectados por problemas de calidad no resultaba ni mucho menos anecdótico, tanto en cuanto sí van a terminar por afectar a la que se presenta como la segunda principal pata de su modelo de negocio. Un área de maquillaje sobre la que precisamente desde la dirección de Puig destacaban el buen comportamiento que habían tenido el conjunto de todos sus productos, liderados además por los de Charlotte Tilbury, en su papel como principal marca cosmética del grupo, durante el tercer trimestre de este ejercicio de 2024. Un periodo durante el que el conjunto del segmento de maquillaje de la compañía volvió a registrar un crecimiento positivo, frente a la caída experimentada durante el primer semestre del año, en un empuje que llegó incluso a compensar ese primer pobre rendimiento semestral, como para terminar dejando al segmento creciendo sobre sus niveles de facturación de hace un año.

Terminando de descubrir cómo ha venido siendo la evolución de las ventas de maquillaje de Puig durante lo que lleva de su actual ejercicio fiscal de 2024, desde un segmento enfocado a la creación, comercialización y venta de productos cosméticos entre los que se incluyen bases, correctores, lápices labiales, brillos labiales, delienadores de ojos o máscaras, que se comercializan bajo marcas entre las que se incluyen Carolina Herrera, Rabanne, Byredo, Christina Louboutin, Dries Van Noten o Charlotte Tilbury, la marca con más peso de todo el segmento, Puig llegó a facturar 334,41 millones de euros durante el primer semestre del año fiscal (-1,78 por ciento frente a los resultados del año anterior). Una contracción de los niveles de venta, que se logró compensar con creces durante un tercer trimestre del año durante el que, solamente en maquillaje, Puig registró unas ventas de 200,6 millones de euros (+7,27 por ciento); llegando así a completar los nueve primeros meses del ejercicio sumando una facturación en maquillaje por valor de 535 millones de euros (+1,42 por ciento). Un rendimiento en positivo, que ahora habrá que esperar para ver si logra sostenerse durante el cuarto trimestre del año, dejando así a la compañía creciendo en ventas de maquillaje al cierre de 2024 con respecto al ejercicio de 2023; o si en contra esos “efectos” sobre esta pata de su modelo de negocio provocados por este problema de calidad llegan a afectar a Charlotte Tilbury, pero hasta el punto de llevar a todo el segmento de maquillaje a un terreno negativo sobre sus niveles de facturación, durante el cuarto trimestre, y al cierre del ejercicio completo de 2024.