Carolina Herrera conquista Madrid: un perfume y un desfile en la Plaza Mayor, con colaboraciones con Palomo y Sybilla
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Madrid – Todo un alarde de músculo, en materia de influencia, de poder de convocatoria y de liderazgo dentro de la industria de la moda y de la belleza. Eso es lo que, en resumidas cuentas, exhibió la multinacional española Puig ayer en Madrid, con la celebración, en pleno corazón de la capital de España, del desfile de presentación de la nueva colección para Primavera/Verano de 2026 de Carolina Herrera; uno de los mayores activos con los que cuenta en cartera la compañía presidida por Marc Puig.
Si desde su salida a Bolsa, en mayo de 2024, uno de los principales objetivos hacia los que han venido enfocándose desde la dirección del grupo español ha sido el de la puesta en valor de su tan particular como propio, diversificado y único modelo de negocio, en el que moda y belleza, vienen a defender, se abordan como dos caras de una misma moneda, todo eso terminó por evidenciarse especialmente en la tarde-noche de este jueves 18 de septiembre en Madrid. Una ciudad que desde hacía ya largas semanas que venía esperando tan remarcada fecha, después de que se anunciase el pasado mes de abril que sería la Villa y Corte la que terminaría por acoger el próximo desfile de pasarela de Carolina Herrera. Una presentación que, organizada de manera paralela a la Semana de la Moda de Madrid y la actual edición de la pasarela MBFW Madrid, ha pasado a suponer ya todo un antes y un después dentro de la historia de la firma, siendo la primera de una colección de temporada que celebra la casa de modas sobre una pasarela fuera de Nueva York en sus 44 años de historia; la tercera organizada fuera de la ciudad que nunca duerme si se tienen en cuenta las presentación de las colecciones “Resort” de 2024 y 2025 que se llevaron a cabo en Río de Janeiro y en México, en 2023 y 2024 respectivamente.
Respondiendo así pues a esa búsqueda por la puesta en valor de ese modelo de negocio propio, las celebraciones del desfile, programado para las 20:00h de la tarde desde la Plaza Mayor de Madrid, arrancaban realmente con muchas horas de antelación, y desde un espacio igualmente céntrico, pero alejado del que iba a acoger esa presentación: la plaza del Callao. Una plaza urbana especialmente concurrida, en la que la firma instaló un espacio pop-up dedicado en exclusiva a la presentación del nuevo perfume de Carolina Herrera: “La Bomba”. Una nueva fragancia cuyo lanzamiento fue ya destacado por Marc Puig, presidente de Puig, durante la presentación de los últimos resultados semestrales del grupo, y que terminó por presentarse de manera oficial desde este rincón emblemático de la ciudad de Madrid, desde el que también, y a través de unas grandes pantallas, pudo seguirse en directo el desfile de presentación de la nueva colección. Las dos principales patas del negocio de Puig, perfumería y moda, reunidas en un mismo espacio, y puestas al servicio de la presentación de una nueva colección de temporada, descrita por la casa Carolina Herrera como “una carta de amor a Madrid”. Una propuesta que terminó de ver la luz así embriagada, desde la misma ciudad, por el intenso aroma de “La Bomba”, fragancia en su caso concebida a modo de homenaje a la fundadora de la firma, una Carolina Herrera a la que la legendaria Diana Vreeland gustaba de llamar “La Bomba”.
“Madrid siempre ha sido una de mis ciudades favoritas en el mundo, rica en historia, arte y cultura”, y el “hogar de creativos increíbles con un enfoque único de la belleza y la alegría”, señalaba en referencia a la ciudad que ha servido de hilo conductor para la concepción, y confección, de esta colección de temporada el mismo Wes Gordon, director creativo de Carolina Herrera. “Hay algo en el ritmo de esta ciudad”, en “su apetito por la vida”, añade desde unas declaraciones facilitadas por la dirección de la firma de moda neoyorquina, “que me inspira y me llena de energía”, y que además, apostilla, “está profundamente alineado con la mujer Herrera”.
Entre puntillas, volantes y violetas
Dejándose seducir por la historia y el bagaje artístico, creativo y cultural de la Madrid y de la España de ayer y de hoy, Wes Gordon ha diseñado para Carolina Herrera una colección que trata de conectar ese pasado y presente de la ciudad y del país, para desde ahí, dar forma y celebrar a la nueva feminidad del mañana. Un propósito para el que, como punto de partida, el director creativo de la firma ha tomado como principal fuente de inspiración los nexos percibidos entre la Madrid del Siglo de Oro, y la de la “Movida” madrileña. A una ciudad de Madrid del siglo XVII, y a otra de los año 80, que se decidió así a enfrentar, para, poniéndolas a dialogar con los códigos más propios de la firma neoyorquina, y sumando a algunas de las principales voces de la escena actual de la moda de Madrid, terminar por dar forma a esta colección de temporada.
Como resultado de todo ese proceso, la colección se presenta armada sobre una paleta cromática inspirada en el universo cinematográfico de Pedro Almodóvar, y que toma cuerpo a través de sensuales violetas y lilas, electrizantes rosas fucsia, o intensos amarillos azafrán. Entonaciones de color a las que se suman, completando el universo cromático de esta propuesta, con guiños a otras referencias tomadas en cuenta para su desarrollo, desde un níveo blanco y un sensual rojo carmín, colores clave dentro del universo de la casa Herrera; a un profundo y suntuoso negro azabache, el color que llegó a destacarse como el propio y distintivo de la corte real española durante el Siglo de Oro.
A partir de esta sinfonía de color, el diseñador estadounidense, inspirándose además y tomando como “musas” de esta propuesta a Paloma Picasso, hija de Pablo Picasso, y a Cayetana Fitz-James Stuart, XVIII duquesa de Alba, ha terminado por dar forma a una sucesión de vestidos, vaporosos y esculturales, atrevidos y recatados, que si de un lado beben del particular estilo de cada una de estas “musas”, del otro lo hacen tanto de sus gustos y sensibilidades, como de las de la casa Herrera, y de las del propio Gordon. El resultado, una sucesión de piezas desde las que el estadounidense entra a realizar un ejercicio propio de reinterpretación de elementos como los brocados que lucía la corte española en el Siglo de Oro, de las tradicionales mantillas españolas, de las monteras de los toreros, de la indumentaria goyesca, del entramado adoquinado y de los toldos que cubren la Plaza Mayor de Madrid, o de la sastrería, los volantes y los lunares que han ocupado un lugar siempre destacado dentro del universo de la casa Carolina Herrera. Todo ello acompañado de motivos y estampados de inspiración floral, en forma de claveles, la flor característica de Madrid; violetas, otra flor típica de la ciudad y la que da nombre a uno de sus dulces más típicos, los caramelitos de violetas; y de “rosas del Retiro”, la rosa que se cultiva en la histórica rosaleda del parque del Retiro de Madrid.
“Inspirada en la vívida unión entre el Siglo de Oro madrileño del siglo XVII y el espíritu irreverente del movimiento de ‘La Movida’ de los años 80 —la misma época de la fundación de la Casa—, esta colección conecta pasado y presente en una celebración de la feminidad hacia el futuro”, señalan desde la dirección de la casa Carolina Herrera sobre la colección. Una propuesta para Primavera/Verano 2026 que, remarcan, se descubre como “una carta de amor a Madrid, una ciudad icónica de contrastes, precisión, audacia y belleza, vista a través del caleidoscopio de Carolina Herrera”.
Colaboraciones con Palomo y Sybilla
Enfatizando esa celebración de la ciudad Madrid en la que trata de erigirse esta colección, para su desarrollo, la firma Carolina Herrera ha terminado de establecer una serie de colaboraciones con distintas firmas y empresas locales. Un diálogo entre la casa de modas neoyorquina y la ciudad, que se ha construido a partir de su colaboración con la histórica fabricante de capas Casa Seseña, cuyos orígenes se remontan hasta 1901, y que presentó durante el desfile una selección de diseños de esas piezas de archivo que, a lo largo de los años, llegaron a lucir desde Alfonso XIII a Pablo Picasso, Ernest Hemingway, Robert Mapplethorpe o el mismo matrimonio formado por Carolina y Reinaldo Herrera.
Junto a esta colaboración, la firma presentó una colección de accesorios fabricados a mano en vidrio por la firma Levens, de la artista Mar del Hoyo; una selección de piezas de joyería elaboradas para la casa por la joyería madrileña Andresgallardo; una selección de sus emblemáticas camisas blancas, que tanto han definido y marcado el estilo de la fundadora de la firma, reinterpretadas por la mano de Alejandro Gómez Palomo, fundador y director creativo de la casa española Palomo; y una serie de vestidos escultóricos, creados por Wes Gordon junto a la emblemática diseñadora española Sybilla. Creativa que, dando un paso más en su regreso a la primera línea de la industria, ha vuelto a hacer desfilar sus creaciones sobre una pasarela, como resultado de esta colaboración con la casa Carolina Herrera y con su director creativo, junto al que ha terminado por modelar un total de cinco piezas exclusivas, todas ellas en un acabado monocolor en rojo y negro.
“Siento que las colaboraciones son el futuro”, y “ésta, ha sido muy fácil y divertida”, ha declarado al respecto la propia Sybilla. “Trabajar con Wes ha sido todo un placer”, y “me siento halagada de ser parte de este proyecto que ha celebrado en Madrid, la ciudad que me ha influido e inspirado de tantas maneras”, apostilla, en relación a esta colaboración que, señalan desde la dirección de su casa de modas, la ha llevado a poner a dialogar “su inconfundible estilo escultórico y sensual y su particular manera de patronar, junto con la elegancia de Carolina Herrera”.
- Puig exhibió su influencia como compañía global de la moda y la belleza en Madrid con el desfile de la colección Primavera/Verano 2026 de Carolina Herrera.
- La colección, una “carta de amor a Madrid”, fusiona la historia de la ciudad con la feminidad moderna, inspirándose en el Siglo de Oro y la Movida madrileña.
- Carolina Herrera colaboró con artesanos y diseñadores españoles, incluyendo Casa Seseña, Palomo y Sybilla, para celebrar la cultura y creatividad local.