Por qué la lana merina está más solicitada que nunca

La industria mundial de la lana está experimentando su mayor repunte en décadas, con la lana merina de nuevo en el centro de la innovación en moda y rendimiento. En Australia, el principal productor mundial, el Eastern Market Indicator (EMI), el principal índice de referencia del sector, subió 109 céntimos en las últimas semanas hasta alcanzar los 1.453 céntimos por kilogramo, lo que supone la mayor subida de precios en 30 años.

Los analistas atribuyen este aumento a algo más que a las limitaciones de la oferta; se trata de una recuperación impulsada por la demanda. La escasez de existencias, el genuino apetito de los consumidores y la renovada confianza en toda la cadena de valor se están combinando para impulsar los precios al alza. Según Woolmark, el repunte actual refleja una demanda real y sostenible.

Una encuesta mundial de consumidores de Ipsos situó la lana entre los tres tejidos más deseados tanto para la moda como para la ropa deportiva. El valor de mercado de la fibra, estimado en 34.900 millones de dólares estadounidenses en 2022, se prevé que alcance los 63.200 millones de dólares estadounidenses en 2033, lo que indica un crecimiento estructural en lugar de una moda estacional.

El regreso a los armarios atemporales

Este resurgimiento refleja un giro más amplio de los consumidores hacia la durabilidad, la trazabilidad y los materiales naturales. Aunque en 1973 fueron dominantes, cuando tres cuartas partes de la ropa mundial se fabricaban con fibras naturales, la lana y el algodón fueron desplazados en gran medida por los sintéticos derivados de los combustibles fósiles. Hoy en día, aproximadamente el 70 por ciento de la ropa se fabrica con materiales sintéticos (Changing Markets, Fossil Fashion, 2023).

Sin embargo, el péndulo está volviendo a su sitio. La encuesta Global Sustainability Survey de Cotton Incorporated reveló que el 91 por ciento de los consumidores asocia una mayor calidad con las fibras naturales, mientras que PM Market Research informó de que la lana merina certificada tiene ahora una prima de entre el 15 y el 30 por ciento en los mercados de lujo. Los datos de Nielsen revelaron además que las prendas de lana tienen tres veces más probabilidades de ser donadas o reutilizadas que las de fibras sintéticas, un indicador de la percepción de su longevidad y valor.

El resultado es un cambio hacia “menos cosas, pero mejores”, un estilo de inversión basado en la autenticidad. En las últimas pasarelas, Chanel, Dior, Thom Browne, Givenchy, Victoria Beckham y Celine han utilizado lana en sus colecciones de Primavera/Verano, lo que indica su evolución más allá de la ropa para el frío.

Rendimiento, deporte y el cruce con el bienestar

El resurgimiento de la lana va mucho más allá del lujo. Las comunidades del fitness y el bienestar recurren cada vez más a los atributos de rendimiento natural de la lana merina —transpirabilidad, resistencia al olor, termorregulación— para satisfacer las expectativas de un público con un estilo de vida activo.

Una encuesta mundial de consumidores de Ipsos de 2024 reveló que los principales factores de compra de ropa deportiva siguen siendo la funcionalidad, la transpirabilidad, la comodidad, la durabilidad y la ligereza, todas ellas cualidades inherentes a la lana merina. Un estudio de cuatro años de la Universidad Estatal de Carolina del Norte concluyó que las prendas interiores de lana merina 100 por cien rinden hasta un 96 por ciento más que el poliéster en cuanto a protección térmica y de la humedad.

Las marcas de ropa deportiva y de outdoor están aprovechando esta ventaja. On, Salomon, Tracksmith, Ciele, Patagonia, Lululemon y The North Face han lanzado colecciones ricas en lana merina, posicionando la fibra como un material de rendimiento para todo el año en lugar de un tejido de invierno. En el US Open, Venus Williams llegó a lucir un conjunto de lana merina de LUAR, lo que subraya la credibilidad de la lana en los niveles de rendimiento de élite.

La fibra para una nueva generación

Para los consumidores de la Generación Z y los millennials, la lana merina también se alinea con valores de estilo de vida más profundos: bienestar, sostenibilidad y slow living. Es 100 por cien natural, renovable, biodegradable y la fibra de confección más reciclada del mundo, lo que la sitúa perfectamente dentro del movimiento de la moda circular.

En la Future Fabrics Expo 2025, el 43 por ciento de los votantes de la industria identificaron el diseño circular como la mayor oportunidad de la moda, citando la lana como una solución fundamental. Paralelamente, el informe de inteligencia de mercado de AWI señaló que las ventas en línea de productos de lana de primera calidad crecieron un 34 por ciento interanual en 2023, lo que pone de manifiesto su creciente tracción comercial.

Mientras tanto, un estudio noruego publicado en Fibers (2025) reveló que el 72 por ciento de los consumidores prefiere la lana a las fibras sintéticas, y el 63 por ciento se decanta por el algodón, lo que demuestra que el sentimiento está cambiando a gran escala en los mercados mundiales.

La posición de Woolmark en una industria cambiante

John Roberts, director general de Woolmark, afirma que el éxito de la fibra reside en su capacidad para satisfacer las cambiantes expectativas de los consumidores.

“A medida que los ciudadanos exigen más de lo que visten —comodidad, rendimiento, trazabilidad y responsabilidad—, la lana merina está a la altura de las circunstancias”, afirmó. “Con los principales influencers y marcas abrazando su historia, no es de extrañar que la demanda esté aumentando en la moda de lujo, la ropa deportiva y el estilo de vida. Es la fibra que realmente cumple, de forma natural”.