Protestas paralelas a la Junta de Inditex reclaman el fin de la “moda aérea” y mayor presión sobre sus proveedores asiáticos
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Coincidiendo con la celebración hoy de su Junta General de Accionistas, el grupo Inditex ha sido objeto de críticas por parte de una coalición internacional de organizaciones no gubernamentales.
Las entidades, entre las que se encuentran Clean Clothes Campaign, FAIR y Public Eye, instan a la multinacional gallega a revisar su estrategia logística y a intervenir ante las denuncias laborales que afectan a proveedores en Bangladés.
Como parte de la campaña, las organizaciones han convocado protestas a las 12 horas de hoy, frente a la tienda Zara de Plaça de Catalunya en Barcelona y en Corso Vittorio Emanuele II, 15, en Milán.
Dos frentes abiertos
Uno de los principales puntos señalados por las ONG es el modelo logístico de la compañía. Según una investigación publicada ayer por Public Eye, las emisiones derivadas del transporte y la distribución de Inditex habrían aumentado un +10 por ciento durante el último ejercicio, alcanzando los 2,6 millones de toneladas de CO2 equivalente.
Estas emisiones, generadas principalmente por el uso del transporte aéreo, representarían aproximadamente un 20 por ciento de la huella climática total por prenda de Zara. David Hachfeld, portavoz de Public Eye, “exige” a la compañía “la eliminación total y rápida de la moda aérea”, reclamando a los accionistas que “exijan datos transparentes sobre los vuelos de carga y objetivos claros hacia un modelo logístico que no dependa de estas prácticas contaminantes”.
En paralelo, la coalición reclama a Inditex que utilice su influencia para instar a sus proveedores en Bangladés a la retirada de los cargos judiciales que pesan sobre unas 3.000 trabajadoras del sector textil. Estas empleadas fueron procesadas tras participar en las protestas de 2023 para reclamar un aumento del salario mínimo. Las ONG califican estos cargos de “infundados” y advierten que contribuyen a un clima de miedo en las fábricas proveedoras, dificultando el ejercicio de derechos sindicales y laborales básicos.
Desde la coalición exigen que Inditex utilice su poder contractual para exigir a sus proveedores la retirada de los cargos, alertando de que las marcas internacionales “permiten la represión delegada en las autoridades de Bangladés”, defendiendo que “la lucha por un salario digno y la exigencia de abandonar el uso irresponsable de combustibles fósiles para transportar ropa son dos caras de una misma lucha”.
Un contexto logístico difícil
El debate sobre la viabilidad de un modelo sin “moda aérea” sigue abierto en el sector. Public Eye destaca el caso de H&M, que, según sus estimaciones, limita el transporte aéreo a un 1 por ciento de sus envíos, lo que supone un 5,2 por ciento de su huella climática total. Sin embargo, el peso del transporte aéreo varía según el modelo de negocio y la estrategia de abastecimiento de cada empresa.
Inditex ha puntualizado en el pasado que el transporte aéreo no es su vía logística prioritaria y que recurre a ella de forma puntual ante situaciones extraordinarias, especialmente vinculadas a la moda de temporada y la reposición rápida de producto. Las prendas básicas y atemporales, según la compañía, continúan llegando en su mayoría por vía marítima.
El contexto actual refuerza esta explicación. Desde finales de 2023, las tensiones en el mar Rojo —agravadas por ataques de los rebeldes hutíes y la presencia de piratería en la zona— han incrementado las dificultades del transporte marítimo desde Asia. En este escenario, muchas empresas, incluida Inditex, han recurrido al transporte aéreo como alternativa para evitar disrupciones en sus cadenas de suministro.
Y es que su modelo de aprovisionamiento, diseñado para priorizar la flexibilidad y la respuesta rápida al mercado, resulta eficaz desde el punto de vista comercial, pero introduce retos significativos cuando se trata de avanzar hacia la descarbonización de su logística.
Según el último informe de sostenibilidad de la compañía, las emisiones derivadas del transporte y la distribución representaron un 12,1 por ciento de su huella de carbono total en 2023, frente al 8,4 por ciento registrado en 2022.