Balance positivo en Mare di Moda, pese a los retos del sector

Tras tres jornadas dedicadas a la moda de baño, lencería y ropa deportiva, la 22ª edición de MarediModa cerró ayer las puertas del emblemático Palais des Festivals de Cannes, reafirmándose como un evento clave para los profesionales del sector, destacando la resiliencia y el dinamismo de la industria y dejando señales alentadoras para el futuro.

Considerado por muchos como “el punto de encuentro obligado para quienes operan en este segmento”, el evento logró mantener su relevancia en un contexto marcado por la incertidumbre económica global y una ligera caída en el número de visitantes que la organización atribuye a la reducción en las delegaciones de compradores.

En los pasillos de Mare di Moda —tranquilos el martes, algo más movidos el miércoles y con gente manteniendo conversaciones hasta la última hora del jueves— los idiomas que más resuenan son sin duda el francés, el italiano y el español. No obstante, los expositores también destacaron la presencia de compradores alemanes e ingleses, aunque lamentaron la ausencia de (más) clientes provenientes de América Latina y Asia, habituales en ediciones anteriores.

Calidad frente a cantidad

La feria, aunque más tranquila en cuanto a visitantes, dejó una impresión positiva entre los expositores. Si bien muchos señalaron una menor afluencia en comparación con ediciones anteriores, destacaron que los asistentes eran “de calidad”.

“Es verdad que vemos la feria con menos gente, pero al final te quedas con buen sabor de boca porque quien ha venido ha venido a hacer negocios”, nos contaban desde la empresa de tejidos alicantina Espunto.

No obstante, aún faltan unos meses para conocer el impacto real de su participación, ya que los pedidos suelen concretarse meses después, cuando las marcas comiencen a centrarse plenamente en las colecciones de Primavera/Verano 2026. Por ahora, la atención sigue puesta en el desarrollo de las colecciones de Primavera/Verano 2025.

Además, algunas marcas también trabajan en colecciones intermedias, como las de Resort o Crucero, que suelen presentarse en mayo y están destinadas a las vacaciones de fin de año en destinos cálidos.

Pese a las buenas sensaciones, los expositores coinciden en que la feria se celebra más tarde de lo que les gustaría. Esto ha llevado a algunas empresas, especialmente españolas, a probar alternativas como la feria emergente Swimwear Barcelona, que tiene lugar un mes antes. Esta feria además resulta más práctica para muchas empresas, ya que buena parte de ellas están ubicadas en Cataluña, uno de los principales núcleos textiles del país.

Entre los visitantes encontramos a la diseñadora española Dolores Cortés, referente nacional de la moda de baño. Sus diseños son habituales tanto de la Mercedes-Benz Fashion Week, como de la pasarela especializada Gran Canaria Swim Week. Tras el seminario de tendencias de David Shah, la diseñadora compartió su perspectiva sobre la importancia de esta cita tanto para su proceso creativo, como para mantenerse relevantes y seguir marcando tendencia en un mercado cada vez más competitivo.

Según explicó, su equipo acude a la feria cada año no solo para consolidar relaciones con proveedores clave, sino también para identificar acabados, técnicas y materiales que integrar en su flujo creativo.

Personalización y versatilidad como solución

Los protagonistas de la feria, expertos en cada etapa de la producción de prendas como bikinis y lencería —desde la fabricación de lycra y telas hasta el teñido, los detalles y los cierres—, aún enfrentan las consecuencias de la pandemia. La disminución del turismo vacacional impactó directamente el uso de estas prendas, y aunque surgió una tendencia hacia diseños más deportivos, esta no ha sido suficiente para compensar la caída.

Esta realidad se conecta con una idea clave presentada por David Shah: es momento de repensar la moda de baño, la lencería y la ropa deportiva para convertirlas en prendas más versátiles, integrables en el día a día. Desde Cannes, con 25 grados en pleno noviembre y el sol brillando, esta propuesta cobra aún más sentido, pues, en lo personal, hubiera agradecido llevar un bañador bajo mi blazer para terminar la jornada nadando en la Riviera francesa.

Entre las tendencias que emergen de la demanda de los profesionales del sector, destaca el desarrollo de productos personalizados. Los clientes buscan diferenciarse, ya sea con modificaciones en los patrones, cambios en los colores o detalles exclusivos.

En cuanto a los acabados, el dorado se posiciona como favorito, junto con los apliques naturales de conchas marinas. Los tonos nude y acabados tradicionales como el carey también han ganado protagonismo en los stands, lo que invita a pensar que los consumidores buscarán equilibrar prendas llamativas con otras más discretas que puedan permanecer en sus armarios durante años sin que se aburran de verlas en sus álbumes vacacionales.

La sostenibilidad sigue sobre la mesa

Las altas temperaturas también pusieron de manifiesto la urgencia de avanzar hacia un sector de la moda más sostenible, un tema central en los seminarios incluidos en el programa del evento.

The Lycra Company lleva varios años desarrollando una tecnología innovadora que utiliza maíz como materia prima para producir su fibra elástica. Alistair Williamson, Vicepresidente de EMEA y Sudasia, destacó que con esta técnica buscan reducir el uso de recursos no renovables, prolongar la vida útil de las prendas y facilitar su reciclaje al final de su ciclo.

La clave de este avance radica en su colaboración con QORE, una empresa estadounidense que emplea maíz industrial cultivado bajo prácticas regenerativas para producir un componente esencial del proceso. Este enfoque no solo disminuye la dependencia de combustibles fósiles, sino que también promueve prácticas agrícolas responsables.

“Hay una brecha entre lo que se promete y lo que realmente se implementa en la industria”, señaló Janne Baetsen durante otra de las charlas celebradas en el área de eventos de la feria. La experta abordó la evolución de la industria y subrayó la importancia de construir una moda que no solo innove, sino que entienda el cambio como un proceso continuo y desafiante que requiere apertura, autocrítica y colaboración.

Baetsen enfatizó que el cambio verdadero no solo necesita planes y hojas de ruta, sino también un enfoque integral que incorpore aspectos culturales, sociales y humanos en los procesos de transformación. Durante su seminario, también exploró en directo la aceptación de la inteligencia artificial en la creación y los dilemas que esta plantea.

Reconocimiento a la trayectoria y el talento emergente

Además de los premios a la trayectoria de varias marcas, también se volvió a celebrar el concurso The Link, que premia a estudiantes de diseño emergentes en las categorías de moda de baño, activewear y lencería.

En la edición 2024, Matilde Balduzzi, de Italia, estudiante de la Next Fashion School by Carla Secoli en Bolonia, se llevó el premio en la categoría de beachwear. Nicolai Vulpe, de Rumanía, estudiante de la Universidad de Arte y Diseño de Cluj-Napoca, fue reconocido como el mejor en activewear; y Marianna Luca, también de Italia, estudiante de la Next Fashion School by Carla Secoli en Padua, destacó en la categoría de lencería.

Desde la organización aseguran que “a partir de mañana empezaremos a preparar la próxima edición” Además, han confirmado su presencia en otros eventos clave del sector: en febrero estarán en Milano Unica y, más adelante, en junio, participarán en la Miami Swim Week.