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Bangladesh se plantea un parón temporal

Por Alicia Reyes Sarmiento

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Moda |CONTEXTO

Imagen: Bangladesh factory

Bangladesh, uno de los mercados manufactureros más importantes para las grandes empresas de la moda europea y española, está mostrando ya los efectos de la crisis energética atribuible a la escasez de gas. Su Gobierno ha anunciado la aplicación de restricciones en respuesta a la subida de los precios del combustible que incluyen cerrar algunos días a la semana sus fábricas textiles.

Algunas empresas han tratado de poner en marcha generadores que funcionan a partir de crudo para no interrumpir su producción, pero alargar en el tiempo esta decisión supone hacer frente a un gasto adicional que aumentaría el hasta ahora muy bajo coste de sus servicios, motivo principal que le ha situado como el segundo país del mundo después de China en exportación de prendas de vestir.

El objetivo de estas medidas es reducir la presión sobre la demanda de energía eléctrica en el marco de esta situación de emergencia energética a la que nos estamos aproximando, que podría derivar en una crisis de producción en el sector textil este agosto, pues las fábricas no estarán funcionando a pleno rendimiento.

Efectos del conflicto bélico en Europa del Este

Aslam Uddin, portavoz del Ministerio de Energía bangladesí, ha justificado la decisión explicando que los precios internacionales del combustible se han disparado desde la invasión rusa a Ucrania, lo que ha llevado a Bangladesh a cerrar plantas de diésel y a mantener inactivas algunas centrales eléctricas de gas.

Una serie de medidas que vienen incubando desde principios de junio, cuando el Gobierno ordenó que tiendas y centros comerciales cerrasen a las 8 de la tarde. En esa ocasión la decisión se pospuso, pero ahora se plantea como la única manera de alcanzar el tan necesario ahorro energético. Según las autoridades bangladesíes, se estima que, de este modo, conseguirán reservar 550 megavatios por día.

Según los últimos datos disponibles, compartidos por la agencia de noticias EFE, Bangladesh se enfrentó hace una semana a un déficit de 450 megavatios de energía, ya que las centrales eléctricas del país produjeron 12.528 megavatios frente a la demanda de 12.978 megavatios que consumieron.

Bangladesh es el segundo país del mundo en producción de ropa, después de China

La medida que más afecta al mercado textil es que se ha pedido a las fábricas que cada cual decida su día libre. Una alternativa a que todos ellos permanezcan cerrados únicamente el viernes, como se propuso en un principio. "Nos sentamos con los líderes empresariales el domingo y así aceptaron nuestra propuesta", explicó el ministro de Estado de Energía y Vitalidad del Gobierno de Bangladesh, Nasrul Hamid, en una entrevista.

La ropa consumida en el continente europeo proviene principalmente de China (21 billones), Bangladesh (15 billones) y Turquía (8 billones), según los datos de Eurostat. Alemania es el mayor importador de la UE de prendas de vestir procedentes de países extracomunitarios, por delante de España (10.000 millones de euros, 15 por ciento) y Francia (casi 10.000 millones de euros, 14 por ciento).

En qué se traduce esto para España

Según los datos del último encuentro entre los embajadores de España y Bangladesh, que produjo en el marco de la tragedia de Rana Plaza, este país estratégicamente situado, cerca de la India y de China y abierto al Océano Índico, es una de las principales fuentes de abastecimiento en ropa de grandes Grupos textiles nacionales, como Inditex o El Corte Inglés, pero también de una multitud de pymes del sector. Sólo las importaciones desde España representaban entonces algo más de 1 000 millones de euros al año, cifra que no incluye la ropa que estas mencionadas empresas multinacionales compran en Bangladesh pero destinan a otros países.

La cifra de importaciones por parte de España contrasta con las exportaciones, flujo estimado en 70 millones, casi todas en productos destinados a la industria textil.

Imagen: Zakir Hossain Chowdhury / ANADOLU AGENCY

Bangladesh ha recurrido anteriormente a los cortes de electricidad como medida para conservar las reservas de combustible, pues la escasa colaboración entre los sectores del gas y la electricidad en el país producía insuficiencia, e incluso llegaba a derivar en colapsos de la red.

Uno de estos fallos eléctricos fue el causante del inolvidable desplome de Rana Plaza que sacó a la luz la difícil situación laboral de los trabajadores de la confección en el país. Esto derivó en pactos internacionales que se responsabilizaron de hacer inspecciones periódicas para verificar las instalaciones de electricidad, las puertas contra incendios y la capacidad estructural de las fábricas, así como los derechos de sus trabajadores.

En este contexto, solo queda esperar para saber de qué manera afectarán los cierres a la precaria situación económica de los trabajadores de la confección.

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