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Gastón Greco, de POSCO: “Hay que soñar de noche y materializar de día”

Por Cynthia Ijelman

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Moda |ENTREVISTA

Hace siete años, Gastón Greco, creó en Argentina la marca de calzados POSCO (Products of Simple Composition) mientras estudiaba arquitectura. Oriundo de Resistencia, Chaco, este joven emprendedor autodidacta, ofrece zapatos cómodos y funcionales, con un diseño donde confluyen elementos clásicos y deportivos. Todos están fabricados en cuero y tienen un costo de entre 1500 y 2400 pesos (Entre 97 y 155 euros).

Con el objetivo de generar impacto social y potenciar la industria local, Greco viene trabajando en mejorar la calidad, la comunicación poco tradicional y la expansión de una marca que busca romper las reglas e ir más allá de lo meramente comercial.

En marzo, el Presidente Mauricio Macri salió en la tapa de uno de los principales diarios locales luciendo un par de zapatos que Greco le había mandado de regalo, junto con una carta de presentación. Ese parece haber sido un antes y un después en la historia de la marca, cuya visibilidad aumentó notablemente desde ese momento.

FashionUnited tuvo la oportunidad de conversar con Greco en su tienda de Buenos Aires sobre los inicios, la innovación y la apuesta por la industria argentina.

¿Cómo nació la inquietud de crear una marca de calzado, viniendo de un ámbito diferente al de la moda?

En paralelo a la carrera de arquitectura, siempre fui muy emprendedor. No me sentía identificado con ninguna marca y creía que a través del calzado se podía llegar a generar un lugar en el mercado.Un verano empecé a trabajar con un vecino que hacía indumentaria. Ahí me di cuenta de que producir calzado no era algo para grandes industriales, así que me animé y empecé a investigar cómo se hacía un zapato. Los dos primeros años me los pasé aprendiendo todos los procesos adentro de la fábrica.

¿Cómo fueron los comienzos?

El proyecto se autofinanció desde el principio, vendí mi auto y un amigo me prestó algo más de dinero, así empecé. Los primeros zapatos los hicimos en Chaco y los trajimos a Buenos Aires con una logística muy compleja y después empezamos a producir acá, en Buenos Aires.

La carrera de arquitectura me afiló el ojo y me enseñó a ser muy metódico. Después todo fue funcionando a modo de prueba y error. Para emprender hay que ser sólido, confiar mucho en uno, soñar de noche y materializar de día.

¿De dónde viene el concepto de la marca?

Empecé mirando mucho afuera, me gustaba lo que hacían los italianos, hasta que en un momento me di cuenta de que tenía que construir mi propio ADN. Entendí que desde el Hemisferio Sur se puede exportar concepto e identidad, así que desde hace un tiempo venimos haciendo bastante foco en este tema. Por eso, si todas las marcas se van a Nueva York para las campañas, nosotros nos vamos al Chaco y si eligen hacer fotos con Kate Moss, nosotros trabajamos con mi abuela. POSCO es para las personas que se levantan a la mañana y necesitan una solución para estar bien todo el día. Los usan desde el presidente hasta un abuelo.

A través de nuestra comunicación nos interesa contar quiénes somos, quiénes son las personas que hacen los zapatos, de dónde vienen y cuál es su historia. La idea es encontrar en lo simple, el contenido.

¿De qué manera trabajan?

Trabajamos con el modo Slow Fashion, ni por colección, ni por temporada. Vamos tratando de mejorar cada vez más nuestros productos y lanzamos novedades sin acotarnos a un tiempo determinado.

El zapato es una excusa para emprender y avanzar. El objetivo es volver a producir en el Chaco. Por ahora, fabricamos en Buenos Aires a través de la tercerización, pero con mucha participación nuestra.

Ya estamos trabajando con la ex fábrica de Adidas que está en Corrientes y tratando de federalizar un poco la producción, generando impacto social.

¿Cómo lograste hacer que el Presidente Macri cambié su calzado importado por el tuyo?

En una entrevista había dicho que para él los zapatos son como un fetiche y yo lo había visto en los medios usando calzado de marcas internacionales. Me parecía que nuestro producto tenía que ver con su forma de vestir, así que le mandé una carta con un par de zapatos. Le conté quien era, a qué me dedicaba y le sugerí que un presidente debía usar calzado de industria nacional. Después de tres meses, me enteré que le habían llegado a través de un artículo en un diario donde apareció una foto de él con los POSCO y eso generó mucho impacto.

¿Dónde venden los productos?

Por ahora, en nuestro local del barrio de Palermo. Además, trabajamos con 30 tiendas multimarcas en todo el país y vendemos online.

¿Quiénes son sus clientes?

Recibimos a muchos extranjeros, ellos entienden nuestro concepto mucho más rápido que los argentinos. El argentino necesita un respaldo en cuanto a la imagen, creo que ahora entre mi abuelo y el presidente se generó una mezcla interesante con respecto a lo que proyectamos como marca.

Nuestros consumidores son 95 por ciento hombres. Ahora vamos por el objetivo de que la marca sea completamente universal, para hombres, mujeres y niños.

¿Cuáles son los próximos proyectos?

Estamos con un proyecto de franquicias y la idea es sumar algunos locales propios más en Argentina y salir a Chile.

El objetivo, de acá a dos años, es terminar de construir la marca, trabajar la parte social y entrar a Estados Unidos con un proyecto de Industria Nacional con impacto social.

Fotos: POSCO

Gaston Greco
POSCO