Gucci: Demna desvela el nuevo rumbo de la firma
Gucci comienza a definir su nuevo rumbo. Ayer, de manera inesperada, Demna presentó La famiglia, una propuesta que la casa describe en un comunicado como “el inicio de una nueva era atrevida, sexy, excesiva y provocadora”. Un lanzamiento que marca el primer paso visible en esta nueva etapa para la firma italiana.
La colección Gucci La famiglia explora todos los matices de la “Gucciness”, la esencia de Gucci como visión y lenguaje estético compartido. Así, los códigos de la marca se reflejan en los retratos de Catherine Opie como en un árbol genealógico ideal: una constelación de personajes eclécticos y sensibilidades estéticas en las antípodas, facetas extravagantes del alma multiforme y siempre en evolución de Gucci.
El lookbook se abre con L’archetipo (El arquetipo), un baúl de viaje recorrido por el monograma, un guiño a los orígenes de la Maison arraigados en el mundo de la marroquinería de lujo, seguido de inmediato por L’incazzata (La enfadada), impetuosa con su “abrigo rojo” de los años 60. Un motivo a rayas captura la audacia felina e impredecible de La bomba, mientras que La cattiva (La mala) se envuelve en la elegancia decidida de una auténtica femme fatale.
Miss aperitivo solo piensa en divertirse, mientras que L’influencer es una fashionista fanática de las redes sociales. Y, si La mecenate (La mecenas), La contessa (La condesa), sciura (señora) y primadonna (prima donna) encarnan manifestaciones diversas de una única elegancia italiana, Principino (Principito) y La principessa (La princesa) se revelan como dos caras de la misma moneda: a ambos les encanta ser el centro de atención.
“Un sentido de exquisita nonchalance se filtra a través de cada gesto: un slingback de tacón bajo, un sabot de piel suave llevado casi descalzo. Es el arte de la sprezzatura, una elegancia desenfadada que describe el estilo de vida italiano”, se lee en una nota de prensa.
Los modelos distintivos regresan en nuevas versiones: el bolso Gucci Bamboo 1947 y el mocasín Horsebit, introducido por la firma en 1953, exploran nuevos volúmenes y proporciones, mientras que una reinterpretación nocturna del motivo Flora acompaña a su variante más clásica, inmutable y eterna. El monograma GG se impone en cada detalle: las iniciales de Guccio Gucci se llevan en total look, desde las gafas de sol hasta los mocasines, todo o nada.
Las siluetas se alternan en un juego de opuestos: desde la opulencia maximalista de las joyas de oro y los largos abrigos adornados con plumas hasta la sensualidad neominimalista de las prendas ajustadas sin costuras.
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